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jueves, 11 de noviembre de 2010

Teresa Amelia y la sencillez de la poesía.

Calabozo
!Amada tierra mía!
cuando admiro ese paisaje
que compone la represa
allá a lo lejos....


Me extasía la turbia línea del horizonte
que se mece cual encaje
se me escapan de la vista
imágenes,débiles brumas
juntándose desde el alba
bandadas de arroceros
jugueteando con la espuma
vestutos árboles secos
son moradas de sus crías
dejando en el pecho mío
encantadora delicia
!Oh! linda sultana mía
cuando de tí me ausente un día
conmigo te llevaría.

4 comentarios:

  1. Doña Teresa Gamarra Rico, nació el 15 de octubre de 1927 en Calabozo,estado Guárico.
    Su vida se inicia y desarrolla en contacto permanente con el campo y las faenas del llano características de la zona;la naturaleza y la formación doméstica,incluyendo su componente religioso,acrisolaron su sensibilidad y temple de mujer llanera.A los seis años,entra definitivamente a relacionarse con lo que durante toda su vida será su más hermoso recuerdo y musa sublime de sus cantos y poesías,el fundo"Guaratarito",colindante con el fundo"El Tapiz",inspiración del también poeta nativista Francisco Lazo Martí.

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  2. ESTAMPA LLANERA
    Cierra la puerta muchacho
    cierra el tranquero
    cierra la puerta del corral
    que se escapan los becerros
    quieren la ubre mamar
    cántale a la luna llena
    a nube de agua y a poma rosa
    también a la clavellina
    y a la pinta mariposa
    pá que apoyen la postrera
    hilos de leche brotan
    rebosando la camaza y el bote.
    Cantó el gallo en la quesera
    la sabana está alumbrá
    los claros del día llegan
    faltan vacas pá ordeñá
    toma su tinto el llanero
    ya se marcha a trabajá
    cierra la puerta muchacho
    cierra el tranquero ya!
    Teresa Amelia

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  3. A MI MADRE DOÑA PASTORA
    !Bendito seas Señor del universo!
    que un 16 de abril del año 1900
    trajo entre las nubes de los cielos
    una mujer valiente del vientre de mi abuela
    a ella la comparo...
    con la pura flor de la azucena,
    cual las rosas o las caléndulas
    !no! mucho más que ellas.
    Fué la luz que mí existir veneró
    primavera del alma
    que al nacer morimos con ella
    nunca se rompre
    en la que en su pecho de cristal
    se anida, nos guarda y nos sostiene
    !Oh Dios! cuantas palabras faltan
    en mí dolor intenso
    para decirte madre
    perdón por lo que no pude darte
    por mis fallas en este arduo camino de mi vida
    pero mi amor
    que te mostré constante.
    Gracias por en vida recibirlo
    antorcha luminosa
    del santo amanecer
    por la que aún vivo.
    Teresa Amelia

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